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Todas la grandes historias comienzan con un sueño. El de Didier Belondrade no era otro que el de elaborar un Vino Blanco con mayúsculas en el país del Quijote.
La primera piedra del proyecto, una apuesta sólida por la meseta castellana y su terroir.
“Un chateau bordelés en España” esto es lo que sería BELONDRADE. Para lograrlo era indispensable asentar las bases del proyecto sobre una máxima: viñedos propios.
Un edificio que recuerda y se funde con la orografía de la meseta castellana, alargado y elegante. Vicent Defos du Rau diseña el edificio que albergará el futuro de BELONDRADE. Un futuro que ya llega bajo la forma de un nuevo vino, BELONDRADE QUINTA CLARISA.
El equilibrio y la harmonía son constantes en los vinos de BELONDRADE, para completar el proyecto nace BELONDRADE QUINTA APOLONIA.
Magnificar la diversidad existente en el viñedo ha sido una preocupación constante en BELONDRADE. El desarrollo de fermentaciones espontaneas con levaduras autóctonas era un paso lógico en la identidad de BELONDRADE.
La apuesta por la diversidad y la autenticidad se materializa con un nuevo paso adelante elaborando el primer vino fruto exclusivamente de fermentaciones espontáneas.
Lo que empezó como una noche de verano entre amigos y seres queridos se fue fortaleciendo con el paso de los años hasta desembocar en un proyecto sólido y duradero.
Defensor y practicante de una viticultura sostenible desde sus comienzos, BELONDRADE da un paso más buscando una expresión más natural y autentica del “terroir” de La Seca.
Un entorno nuevo, totalmente neutro, un lienzo en blanco para empezar a pintar y soñar los vinos de BELONDRADE.