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La casa M. Chapoutier posee hoy en día la propiedad vitivinícola más importante del Hermitage, con 34 hectáreas de las 115 ha de la denominación de origen. La adopción del cultivo biodinámico en todos sus cultivos, uniendo la tradición con la innovación, junto a la excepcional calidad de sus vinos, han convertido a esta casa en el marco de referencia de una de las denominaciones históricas de Francia.
Desde sus orígenes en 1808, varias generaciones han ido conformado una de las más bellas casas vitivinícolas del valle del Ródano. En el transcurso de los años, sus propiedades se han ido extendiendo y diversificando en el corazón de las mejores tierras de las denomina-ciones de origen Ermitage, Crozes-Ermitage, Saint-Joseph, Côte-Rôtie, Condrieu, Châteauneuf-du-Pape, Banyuls, Coteaux d’Aix, Ardèche y Tricastin.
Además de los terrenos de los que es propietaria, actualmente 160 hectáreas, la casa M. Chapoutier controla la vinificación y a veces la viticultura de vinos de las denominaciones de origen Cornas, Gigondas, Muscat de Beaumes-de-Venise, Muscat de Rivesaltes, Côtes-du-Rhône, Rasteau, Côtes-du-Rhône Villages, Tavel, Côtes du Ventoux y Vins de Pays d’Oc.
Michel Chapoutier, que preside desde 1990 los destinos de esta casa siempre de carácter familiar e independiente, aúna la audacia y la determinación, a la vez que perpetúa la fe en la autenticidad del terruño. La compra de viñedos en el “nuevo mundo y la progresión espectacular de los resultados de la empresa son un buen testimonio de ello.
Pero lo esencial de la revolución emprendida por Michel es el haber apostado por el cultivo biodinámico, iniciando con ello un cambio radical en la forma de abordar el cultivo de la vid. Su objetivo es poner en práctica una agricultura del siglo XXI, dejando que se exprese libremente el terruño, respetando sus ciclos y equilibrios naturales y considerándolo como una fuente de vida, cuyas riquezas deben preservarse.
La totalidad de viñedos de la casa M. Chapoutier se cultivan hoy por Biodinámica, lo que se traduce en tres aspectos básicos:
El terreno. Tratado con gran respeto, sin adición de abonos químicos, produce rendimientos muy bajos, ayudado de una poda severa, viñas viejas y una selección de masas.
El biotipo. Cuidado sin necesidad de uso de pesticidas, o herbicidas.
La identidad del vino de pago. Métodos de vinificación tradicional, levaduras indígenas y ausencia de fermentación a baja temperatura.
Su carácter innovador y generoso ha llevado a Michel a tomar iniciativas originales también en otros campos. Las etiquetas de sus vinos se han sobreimpreso en braille, y la casa M. Chapoutier colabora activamente en sensibilizar a la opinión pública, respecto a la donación de médula ósea.
Este espíritu de respeto por la vida y el suelo, combinado con la audacia de adoptar soluciones que mejoren el mundo en que vivimos, convierten a esta casa en una joya de la viticultura mundial.