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99999 – Ochoa Serie 8A Uvadoble

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100% Viognier

El gen Ochoa de la investigación continúa en la sexta generación con Adriana Ochoa.

Tras su experiencia laboral en la bodega Yalumba de Australia, Adriana se enamoró de la variedad Viognier. Así que, cuando volvió a casa, plantó una pequeña parcela de Viognier. 2014 es la primera cosecha elaborada.

8A Uvadoble es un vino blanco que mezcla las dos personalidades de dos hermanas, Adriana y Beatriz. Adriana es la creativa y enóloga de la familia, y Beatriz la encargada de vestir los vinos y encontrarles bonitas casas para vivir.

La uva Viognier es la protagonista en este vino, es peculiar y no habitual en nuestra tierra. Adriana viajó a Australia y trabajó en una bodega donde utilizan esta uva y se enamoró.

La variedad Viognier de origen francés está muy bien adaptada a nuestro clima y suelo en Traibuenas, mostrando en este vino blanco seco aromas frutales. Este vino ha permanecido sobre lías durante 6 meses mejorando y consiguiendo un volumen en boca e instensificando los aromas frutales y florales.

Es un vino ideal para acompañar pescados a la brasa y carnes blancas. Es perfecto para acompañar ensaladas y verduras.

Marca

Bodegas Ochoa

Dicen que la genética tira. Quizá sea por eso, por algún gen común, por lo que desde 1845 todos en esta familia «vivimos el vino». Él es el que manda en nuestra casa, en nuestra Bodega. Nos apasiona nuestro trabajo y para nosotros es un reto constante y un privilegio enorme estar al frente de Bodegas Ochoa. Tenemos una filosofía sólida y clara basada en el respeto al medio ambiente. Cuidamos nuestra tierra, nuestras vides y nuestras uvas para obtener de ellas lo mejor. Somos innovadores pero siempre desde una perspectiva respetuosa con la naturaleza. Por eso estamos en un proceso de transición a ecológico de nuestro viñedo. Es la mejor manera, mimar la viña para que ella nos responda una uva de máxima calidad para elaborar nuestros vinos. De Olite al mundo. En Bodegas Ochoa somos muy movidos y eso hace que tengamos mil historias y un millón de anécdotas que contar en el único idioma que nos interesa: el del vino.