Un trago dulce, equilibrado y maravillosamente fácil de beber, la fuerza de Langskip solo se compara con su suavidad.
Madurado completamente en barricas de bourbon de primer llenado, este whisky tiene una riqueza única y una extraordinaria profundidad de sabor.
Embotellado con 58% de alcohol por volumen, Langskip representa lo mejor de Wolfburn.
Filtrado sin enfriar 58% ABV.
Los aromas de flores de frutas se fusionan con manzanas secas y roble claro. En el fondo encontrarás trazas de pasas y dátiles mezclados con un rico bizcocho de frutas.
Los sabores estallan en el paladar, ricos y dulces, incluyendo jarabe de arce, chocolate amargo, almendras y pasas. El final perdura agradablemente: toques de vainilla se desvanecen suavemente con un toque cálido de caramelo al final.
Marca
Wolfburn Distillery
Thurso es la ciudad más septentrional del continente británico con registros que se remontan a la época de los vikingos, cuando estaba bajo el dominio de los nórdicos orcadianos y era una importante puerta de entrada a Escandinavia y las islas del norte. El área está bordeada al norte y al este por un espectacular paisaje costero y alberga colonias de aves marinas de importancia internacional.
Thurso Bay y la destilería dominan las turbulentas aguas del Pentland Firth hacia los imponentes acantilados de la isla Orcadian de Hoy; en un día despejado, el Viejo de Hoy se puede ver a lo lejos. La zona de Thurso estuvo habitada mucho antes de que llegaran los vikingos para darle su nombre.
Es un entorno antiguo y casi único, la mayor extensión de turbera de Europa, quizás del mundo entero.
En mayo de 2011, nuestro equipo fue a localizar el sitio de la antigua destilería Wolfburn en Thurso, Caithness. Después de 150 años de abandono, lo que encontramos fue un montón de piedras apenas perceptibles, pero una cosa permaneció de los años de la destilería Wolfburn; el agua. Las aguas frías y claras que alimentaban los alambiques hace tantos años seguían fluyendo como siempre lo habían hecho, y si Wolf Burn todavía estaba allí, pensamos que el whisky también podría estarlo.
En un corto paseo río abajo encontramos un pequeño terreno llano alfombrado de cardos. Podríamos tomar un poco de agua cada día y convertirla una vez más en whisky. La compra del terreno se finalizó en mayo de 2012 y el primer terreno se inició unos meses después, a principios de agosto. Las cosas estaban en movimiento, se estaban elaborando planos, se obtenían equipos de todas partes y, a fines de septiembre, las estructuras de los nuevos edificios comenzaban a tomar forma.
